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Entre los hielos
Eduardo Wolovelsky 20 diciembre, 2018

Segunda invernada

El buque jamás llegó.

Nordenskjöld y sus hombres debían prepararse para pasar otro invierno entre los hielos antárticos. Para ese momento, Sobral ya había aprendido suficiente sueco así que estaría un poco menos aislado a pesar de la nieve, las ventiscas y las temperaturas bajo cero.

Los obstáculos que el mar de Weddell le impusieron a la navegación impidieron que, en aquel verano de 1902, el Antarctic rescatase a los expedicionarios en Cerro Nevado. Por ello, el capitán Larsen optó por desembarcar en Bahía Esperanza al geólogo Andersson, al teniente Duse y al marinero Grunden. Quería que alcanzaran por tierra al grupo en el que se encontraba Sobral y llevarlos hasta un nuevo punto de encuentro desde el que sería más fácil abordar el barco. Pero, tras un breve recorrido, a los tres hombres les fue imposible atravesar el canal Príncipe Gustavo, por lo que decidieron regresar a Bahía Esperanza para embarcar nuevamente. La suerte estaba en su contra: el buque, que se había alejado intentando llegar a las cercanías del grupo asentado en Cerro Nevado, fue atrapado por el hielo y se hundió. Los tres tripulantes del equipo de rescate estaban ahora aislados, con pocos víveres, sin refugio y con la amenaza del invierno sobre sus cuerpos. Con piedras, armaron una cabaña para resguardar una carpa que colocaron dentro. Comerían carne de foca y de pingüino y su grasa les serviría de combustible con el que calentarse y derretir hielo para obtener agua.

El invierno iba dejando marcas en sus rostros, en el pelo largo, en la enmarañada barba y en la negrura del hollín que se les depositaba en la piel que apenas pudieron lavar en nueve meses.

Por fin, a comienzos de octubre, lograron abandonar su refugio. Fueron nuevamente a la búsqueda del grupo de Cerro Nevado al que encontraron, como cruel jugarreta de la historia, el día 12. Fue cuando Nordenskjöld, como un imposible Colón, creyó ver “alguna raza afín a los trogloditas de Groenlandia” hasta que el mugriento Andersson reveló su identidad al saludarlo:

– Nordenskjöld, god dag.


Es biólogo (UBA), docente y escritor.
Editó y realizó diferentes trabajos en el campo de la divulgación de las ciencias, la pedagogía y el cine. Entre ellos, se destacan: “El descubrimiento de las bacterias y el experimento 606” (2003), “El medio interior. La experimentación con animales” (2006), “¡Eureka! Tres historias sobre la invención en la ciencia” (2008), “Iluminación. Narraciones de cine para una crítica sobre la política, la ciencia y la educación” (2013), “El siglo maravilloso. Al filo de la Gran Guerra. Memorias de la última centuria” (2016), “Voyager. El mensajero de los astros” (2017), “Frankenstein. La creatura” (2019) y “Obediencia imposible. La trampa de la autoridad” (2021).
Además, coordinó diferentes programas sobre la enseñanza y el conocimiento público sobre la ciencia.