Detalles, destellos e instantes en una conversación inextinguible
Esta es una edición especial de Scholé. La imaginamos como un modo de continuar la conversación con nuestro compañero y maestro, Javier Trímboli, porque queremos seguir en diálogo con sus ideas y maneras inspiradoras, constitutivas, del proyecto del ISEP y de esta revista en particular.
Estamos convencidos, además, de que las reflexiones que encontramos en estos escritos son piezas poderosas y vitales que invitan –a la vez que nos desafían– a un ejercicio de pensamiento común, de debate entre colegas.
Recuperamos cinco de sus artículos en Scholé, en cada uno de los cuales Javier recorta una porción del mundo que reclama nuestra atención. Es por eso mismo que se propone rodear esos asuntos, señalar algún detalle, despejar una que otra interpretación que se monta encima para que podamos enfocarlos nuevamente, volver sobre su estudio.
Nos sumergimos en estos universos guiados por su particular estilo de contar y acompañados también por las voces de otros colegas que comentan y proponen derivas a partir de sus escritos. Se expande así la conversación con los generosos aportes de Inés Dussel, Jorge Larrosa, Alejandra Birgin, Ignacio Barbeito, Paulo Martínez Da Ros, Fabián Iglesias, Juan Ignacio Garrido, Diego García, Julia Rosemberg y Gabriel D’Iorio.
A su vez, Adriana Fontana dialoga con los modos de ser profesor de Javier y nos invita a revivir fragmentos de sus clases en el ISEP, compilados en un video que compartimos especialmente para la ocasión. Por último, en el marco de la conmemoración que nos convoca este 11 de septiembre, Eduardo Wolovelsky, evoca en su escrito la figura del maestro y comparte un recuerdo.
En una de sus clases, Javier nos dejó esta idea que hoy elegimos para espejarnos, para pensar en nuestro oficio docente, pero que bien vale también como reconocimiento a su magisterio: “el maestro tiene los gestos de quien no renuncia al pensamiento, de quien se compromete en el diálogo y se esmera por pulir un tesoro común… algo que pueda relucir como un instante de verdad”.
Laura Percaz