Schole
Una imagen, mil palabrasEdición 1
Reserva Cerro Colorado
Sebastián Pastor, Andrea Recalde, Gabriela Giordanengo, Luis Tissera, Iván Díaz 17 mayo, 2019

El arte rupestre, mensajes de otros tiempos

Esta imagen muestra una pared rocosa con pinturas rupestres. Desde las primeras descripciones de la localidad arqueológica Cerro Colorado –realizadas en 1903 por Leopoldo Lugones– hasta la actualidad –con el paso de generaciones de estudiosos–, el arte rupestre es, sin dudas, el epicentro a través del cual se concibió el pasado indígena de la localidad y se construyó su valor científico y patrimonial.


Detalle de las pinturas rupestres en el “alero Ricci”, que se encuentra en uno de los faldeos del cerro Colorado.


De alguna manera, hablar de Cerro Colorado y de su pasado prehispánico conlleva al tratamiento de esta materialidad emblemática que permite, con metodologías actuales, marcos teóricos y técnicas de análisis específicas, una comprensión o abordaje amplio de diversos aspectos del proceso histórico y cultural vinculados con su ejecución, en tanto también nos acerca a posibles respuestas a la pregunta más frecuente: ¿cuál es su significado?

De este modo, se pueden investigar otros interrogantes que dan cuenta de aquellos procesos: ¿cómo fueron preparadas las mezclas de pigmentos?, ¿qué conocimientos eran necesarios?, ¿qué materiales del entorno fueron aprovechados para producir las pinturas?, ¿qué similitudes y diferencias pueden ser reconocidas dentro de la localidad –por ejemplo, entre un cerro y otro– a partir del examen de este tipo de expresiones?, ¿y en el área o la región?, ¿Cerro Colorado muestra similitudes con el resto de Córdoba o, quizás, semejanzas que indiquen antiguas relaciones con áreas fuera de nuestra actual provincia? Estas y otras preguntas se suman a un extenso listado que puede ser abordado a partir de la sistematización de estas imágenes.

Sin embargo, es preciso señalar que, en modo alguno, el patrimonio histórico y cultural prehispánico se agota en el arte rupestre. Restos de antiguas zonas de molienda, de cultivo, espacios habitacionales, cementerios, canteras para la obtención de rocas para la talla y más, forman una red territorial de lugares arqueológicos que realzan el valor patrimonial de Cerro Colorado para el conocimiento de nuestro pasado más remoto.