Segunda invernada
El buque jamás llegó.
Nordenskjöld y sus hombres debían prepararse para pasar otro invierno entre los hielos antárticos. Para ese momento, Sobral ya había aprendido suficiente sueco así que estaría un poco menos aislado a pesar de la nieve, las ventiscas y las temperaturas bajo cero.
Los obstáculos que el mar de Weddell le impusieron a la navegación impidieron que, en aquel verano de 1902, el Antarctic rescatase a los expedicionarios en Cerro Nevado. Por ello, el capitán Larsen optó por desembarcar en Bahía Esperanza al geólogo Andersson, al teniente Duse y al marinero Grunden. Quería que alcanzaran por tierra al grupo en el que se encontraba Sobral y llevarlos hasta un nuevo punto de encuentro desde el que sería más fácil abordar el barco. Pero, tras un breve recorrido, a los tres hombres les fue imposible atravesar el canal Príncipe Gustavo, por lo que decidieron regresar a Bahía Esperanza para embarcar nuevamente. La suerte estaba en su contra: el buque, que se había alejado intentando llegar a las cercanías del grupo asentado en Cerro Nevado, fue atrapado por el hielo y se hundió. Los tres tripulantes del equipo de rescate estaban ahora aislados, con pocos víveres, sin refugio y con la amenaza del invierno sobre sus cuerpos. Con piedras, armaron una cabaña para resguardar una carpa que colocaron dentro. Comerían carne de foca y de pingüino y su grasa les serviría de combustible con el que calentarse y derretir hielo para obtener agua.
El invierno iba dejando marcas en sus rostros, en el pelo largo, en la enmarañada barba y en la negrura del hollín que se les depositaba en la piel que apenas pudieron lavar en nueve meses.
Por fin, a comienzos de octubre, lograron abandonar su refugio. Fueron nuevamente a la búsqueda del grupo de Cerro Nevado al que encontraron, como cruel jugarreta de la historia, el día 12. Fue cuando Nordenskjöld, como un imposible Colón, creyó ver “alguna raza afín a los trogloditas de Groenlandia” hasta que el mugriento Andersson reveló su identidad al saludarlo:
– Nordenskjöld, god dag.