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MiradasEdición 10
Lo global y lo particular
Revista SCHOLÉ 18 mayo, 2022

Hace 500 años… Juan Sebastián Elcano completaba la circunnavegación de la Tierra

Lo global y lo particular

Desde que habíamos partido de la bahía de San Lúcar hasta que regresamos a ella recorrimos, según nuestra cuenta, más de catorce mil cuatrocientas sesenta leguas, y dimos la vuelta al mundo entero, yendo siempre de este a oeste.
Antonio Pigafetta1

Homogenoceno

Los viajes de Cristóbal Colón significaron mucho más que el inicio de una aventura exploratoria o un acto de conquista. Definieron de un modo imposible de prever la fusión de tierras que, hasta ese momento, habían permanecido aisladas unas de las otras. Los barcos que en aquel entonces cruzaron “la mar océano” provocaron un cambio tan profundo sobre el planeta que, tal como lo destaca el ensayista Charles Mann, podemos considerar que hoy habitamos una época particular: el Homogenoceno. La singularidad de aquellos primeros pasos que redimensionaron toda la vida en la Tierra se destaca en la siguiente síntesis:


1. Pigafetta, A. (1986). Primer viaje alrededor del globo. Barcelona: Ediciones Orbis. (Publicación original: 1525).


Los barcos que comenzaron a cruzar el Atlántico tras la llegada de Colón a América llevaban seres humanos y metales preciosos, pero también plantas y animales. Se inició así un proceso que llevó el maíz a África, el boniato a Asia, los caballos a América y el eucalipto a Europa; trasladó organismos menos conocidos como insectos, hierbas, bacterias y virus, generando lo que para muchos fue el acontecimiento ecológico más importante desde la extinción de los dinosaurios.2

 

Pero de toda aquella saga de navíos que surcaron las aguas, hay uno que emerge en la memoria por su singular regreso al puerto de Sanlúcar de Barrameda. Sus tripulantes debieron plantarle cara al sufrimiento y a la muerte de una manera única en la historia de la navegación. De los 239 hombres que formaban parte de la expedición a sus comienzos, solo completaron la vuelta al mundo en la nao Victoria 18 tripulantes. Con su audacia, y más allá de sus intenciones, estos hombres generaron una forma única y novedosa de ver el mundo. Sin embargo, lo excepcional de estos marinos no debe hacernos olvidar que el financiamiento del viaje estuvo motivado por un deseo harto mundano: asegurar la navegación hasta la islas Molucas para el naciente Imperio español sin que sus navíos tuviesen que atravesar aguas pertenecientes a Portugal, como exigía el Tratado de Tordesillas. Parece legítimo decir que entre la ambición de un reino y los desmesurados sueños de un puñado de hombres comunes, entre lo ordinario y lo extraordinario, se formó la sustancia que cimentó los destinos de gran parte de la humanidad.


 2. Contratapa del libro 1493. Una nueva historia después de Colón de Charles Mann, editado por Katz y Capital Intelectual (Buenos Aires, 2013).


Stefan Zweig lo expresa de la siguiente forma en su novela Magallanes:

El estrecho de Magallanes no se ha convertido en ruta para miles y miles de embarcaciones, según soñara Magallanes, ni resultó el camino más directo y más rápido a la India, y España no se ha enriquecido con su descubrimiento, ni ha aumentado el poderío de Europa en su consecuencia. Ha recaído en la penumbra y casi ha quedado olvidada la grandiosa hazaña.

Pero en la Historia la utilidad temporal no determina jamás el valor moral del acto. Sólo enriquece duraderamente a la humanidad aquel que aumenta su conocimiento propio y el que engrandece su conciencia productiva. En este sentido, la hazaña de Magallanes supera a todas las proezas de su época. (…) Y esta proeza de Magallanes, casi olvidada, ha probado por los tiempos de los tiempos que una idea, alada por el genio, resulta más fuerte que todos los elementos de la naturaleza cuando la pasión la lleva decididamente adelante; y lo que incontables generaciones juzgaban improbable ha sido transformado en una verdad eterna por obra de un solo hombre y su pequeña vida perecedera.3

La empresa magallánica, concluida bajo la capitanía de Juan Sebastián Elcano, cerró sobre sí misma la geografía de la Tierra haciendo emerger un mundo distinto. Con el tiempo, harán su irrupción los Estados modernos junto a nuevas y poderosas formas imperiales. Surgirán conflictos bélicos y sociales marcados tanto por la fuerza de los nacionalismos como por la concepción de un progreso que, empujado por la razón y la técnica, será considerado una característica distintiva del ser humano. El germen de la crueldad, como la peste de Camus, está agazapado tras la idealización de estas fuerzas culturales y se manifiesta con toda su potencia en las dos guerras mundiales y en la emergencia de los regímenes totalitarios europeos.


3.  Zweig, S. (1996). Magallanes. La aventura más audaz de la humanidad. Buenos Aires: Claridad, p. 220. Primera edición: 1937.


El mundo se hace cada vez más pequeño, y el inicio del siglo que transitamos lo estrecha aún más bajo el despliegue de un nuevo universalismo tecnológico. Como otrora hicieran los barcos borrando fronteras, hoy el giro se da en el campo de la informática y las comunicaciones suprimiendo límites espaciales y temporales mientras la línea entre lo real y lo virtual se disuelve cada día más. Incluso la biología humana aparece cuestionada bajo el rediseño de los cuerpos, la ingeniería reproductiva y genética y la transformación del propio sustrato neurológico. Tal como ocurriera en los siglos precedentes, frente a estos asombrosos logros que parecen trascender cualquier límite que la naturaleza o grupo social puedan imponer, se yerguen los seres humanos particulares agobiados por realidades difíciles de comprender en sus significados futuros y sobre las cuales no parecen tener posibilidad alguna de acción. Surgen impacientes respuestas que alientan los particularismos nacionales e identitarios y promueven una valoración extrema de formas y expresiones subjetivas. Son intentos inciertos por salir de la vorágine que disuelve la singularidad.

Posibilidades

Lejos de los brillos de las pantallas y de las estandarizaciones que las grandes tecnológicas y productoras audiovisuales fabrican, de los sueños y pesadillas biológicas que nos golpean a diario, y más allá de la respuesta que transforma de manera riesgosa lo subjetivo y singular en la medida de todas las cosas, todavía son posibles decisiones que abran otros rumbos por difíciles que parezcan. Siguen latiendo el pensamiento y la creación como forma de erguirse frente a las controversias y conflictos que, entre lo global y lo particular, rigen el Homogenoceno. Este palpitar puede ser el gran inspirador de la educación en las escuelas, un lugar donde aún existen el debate y la disputa fundamentada y donde no se teme a la precisa ambigüedad ni a la inevitable imprecisión que toda decisión y toda acción humana portan.