Centuria
La Reforma Universitaria irrumpió en los inicios del corto siglo XX 1 para formular una universidad de mayor relevancia y compromiso social. Hoy el mundo es muy distinto de aquel en el que ocurriera el movimiento reformista. Considerando -en una particular compresión del tiempo- los hechos de las décadas más recientes, vemos que han estado marcadas por una profunda revolución científico-tecnológica en campos tan diversos como la genética, la neurobiología, la microelectrónica, las comunicaciones y el procesamiento de información. Los cambios son profundos y su intensidad sin precedentes. Como consecuencia, a diferencia del siglo pasado, la más mínima certeza que intentemos enunciar tambalea frente a nuevos desarrollos, haciendo que incluso el concepto mismo de lo humano se deshilache una y otra vez.
1. Hobsbawm, E. (2007). Historia del Siglo XX. Buenos Aires: Crítica. (Primera edición: 1994).
El actual es un mundo globalizado, dominado por saberes expertos que, además de difíciles, están desvinculados entre sí. Llega a reclamarse por el desarrollo simultáneo de hechos o aspectos que resultan ser incompatibles. Se insiste sobre el crecimiento -con mayor consumo de recursos y producción de contaminantes como forma de desarrollo económico- al tiempo que se propone un cuidado ambiental; se promueven los derechos individuales al tiempo que se disuelve la frontera entre lo público y lo privado; se sostiene el valor de la diversidad al tiempo que se impulsa la ilusión de la perfección modélica. La comunicación parece omnipresente, pero el lenguaje se disuelve en infinidad de indescifrables particularidades y la relación intersubjetiva queda mediada por la pantalla. Tal como afirma Byung Chul-Han2:
Ante el vertiginoso crecimiento del medio electrónico, Marshall McLuhan, teórico de los medios, advertía en 1964: `La tecnología eléctrica ya está dentro de nuestros muros y estamos embotados, sordos, ciegos y mudos ante su encuentro con la tecnología de Gutenberg´. Algo semejante sucede hoy con el medio digital. Somos programados de nuevo a través de este medio reciente, sin que captemos por entero el cambio radical de paradigma. Cojeamos tras el medio digital, que, por debajo de la decisión consciente, cambia decisivamente nuestra conducta, nuestra percepción, nuestra sensación, nuestro pensamiento, nuestra convivencia. Nos embriagamos hoy con el medio digital, sin que podamos valorar por completo las consecuencias de esta embriaguez. Esta ceguera y la simultánea obnubilación constituyen la crisis actual.
2. Han, B. C. (2014). En el enjambre. Barcelona: Herder, p. 6. (Primera edición: 2013).