Política de la formación docente en la modalidad combinada.
Llega diciembre y, a pesar de la coyuntura (cualquiera sea, tenemos experiencia), se impone un clima festivo. El año termina y, a su vez, algo nuevo se está gestando; escuchamos el murmullo de un nuevo comienzo.
En el “mundo” educativo, esta sensación se potencia: terminan las clases, egresan algunos estudiantes, se “cierran” notas, se preparan actos de fin de año. En los ámbitos de gestión, hacemos balances, anuarios, evaluaciones. Permítanme decirlo así, aun si fuera algo exagerado el tono: construimos memoria. Buscamos la forma de contar a otros, y también a nosotros mismos, lo que hicimos, lo que pasamos, cómo nos fue, qué más hubiésemos querido hacer y, desde ya, qué proyectamos. Quizás porque, como lo anuncia etimológicamente en su palabra, en la memoria están las musas que inspiran el porvenir.
El ISEP no es la excepción, así que estamos recopilando, recuperando, revisando lo que empezó hace cuatro años. Y en particular, hay aquí que decirlo, lo que empezó hace un año: Scholé. Escribo en este escenario lo que comparto con ustedes. La experiencia de estos años de creación del ISEP puede leerse –en una síntesis algo apresurada– como la expresión de una política de formación docente que se anima a la modalidad combinada1 sin abandonar, sin perder de vista, la reflexión principal y las decisiones pedagógicas que le dan sentido. Entonces, también escribo con la intención de identificar aquellas notas de una pedagogía que puede hablar con este tiempo, con los nuevos espacios en los que vivimos, el mundo y el ultramundo, diríamos con Baricco (2019).
1. En los últimos años se empezó a considerar esta expresión para dar cuenta de la combinación de acciones de formación que acontecen en dos ámbitos: en el espacio físico, donde las personas nos encontramos en las aulas de alguna escuela / instituto / universidad cara a cara, y en el ámbito virtual, donde los encuentros se producen en aulas diseñadas en alguna plataforma. En este último caso, el encuentro suele ser en foros, pero también puede ser en un documento compartido, en una actividad que invita al trabajo colectivo, entre otras posibilidades.
Por tanto, no voy a contar lo que hicimos, eso puede leerse en la memoria, sino que, como dije, quiero hablar de política, de aquella que habilitó y sostiene esta experiencia que es el ISEP y que nos deja, después de cuatro años, la posibilidad de apuntar las primeras notas de una pedagogía de la formación docente que, interpelada por las transformaciones del siglo XXI, se atreve a decirse con palabras que no teníamos; por ejemplo: modalidad combinada, aula física y aula virtual, el equipo docente de una materia-módulo conformado por autores, responsables de contenido (RC), profesores-tutores, encuentros presenciales y virtuales, entre otras.